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Una de las innovaciones más destacadas de las últimas décadas en el sector de la cosmética ha sido la incorporación de ingredientes activos como los liposomas en productos cosméticos.

A lo largo de los años las marcas de cosmética han ido incorporando a sus productos activos de todo tipo en búsqueda de la crema perfecta. Sin embargo, no todos los activos valen, ya que depende directamente de su química el que nuestra dermis los absorba más o menos.

Por esa razón, hay cremas que funcionan mejor que otras e incluso hay cremas que funcionan mejor en pieles secas, grasas o mixtas. 

¿Qué son y para qué se usan los liposomas?

Los liposomas son vesículas esféricas de membrana fosfolípida hidro y liposoluble. Es precisamente esta característica suya la que permite que las células asimilen directamente en su interior los activos de las cremas envueltos en liposomas. Eso ocurre porque la membrana celular está formada de fosfolípidos también, lo que facilita todo el proceso de absorción del activo directamente al interior de las células.

Este descubrimiento se hizo al comprobar que los cosméticos con liposomas contaban de una efectividad mucho mayor que los que no los tenían. Así, en cremas anti-edad donde se valora mucho que los cosméticos incorporen activos antiage como la coenzima Q10, el retinol o el ácido hialurónico, se vio que era necesario incorporar un medio de transporte de activos a las células faciales. 

Así es como los liposomas empezaron a usarse en cosmética desde hace unos años  e incluso se han popularizado en forma de concentrado de liposomas entre los aficionados a la cosmética natural casera para la elaboración de cremas anti-edad do-it-yourself.  

¿Dónde conservar cremas liposomales?

Si te gusta la cosmética casera o te dedicas al sector farmacéutico, sabrás que las cremas faciales pueden almacenarse en distintos recipientes. Los más habituales son los tarros de vidrio o plástico, pero también los tipo dosificador como el frasco liposoma o los frasco airless. La elección del recipiente deberá ir ligada a la consistencia de la crema, gel o mousse resultante.