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La homeopatía se define como un método terapéutico que consiste en administrar en bajas dosis o infinitesimales una sustancia con el fin de conseguir una mejora en un paciente. Dentro de la comunidad científica cuesta encontrar partidarios de ella.

Mientras que en medicina se administran medicamentos con cantidades elevadas de principios activos, en homeopatía se considera que un medicamento es más eficaz cuantas más diluciones presente de una sustancia.

Así, lo que a priori nos puede parecer contradictorio teniendo en cuenta la lógica médica, a día de hoy sabemos que la homeopatía aplicada en pacientes con enfermedades crónicas (alergias o afecciones en la piel) y afectaciones agudas puntuales (gripe, tos, contusiones…) tiene resultados terapéuticos positivos. Aunque sus detractores la califican de pseudociencia, la verdad es que en nuestro país a finales de 2016 existen más de una treintena de colegios de médicos que albergan homeopatía.

Esta disciplina médica alternativa genera interés y debate desde hace años. Concretamente en España, desde 1994 se empezó a regular por ley y en 2009 la Organización Médica Colegial la reconoció como “acto médico” con el objetivo de restringir su práctica a médicos y centros cualificados y acreditados.

¿En qué consiste un tratamiento homeopático?

Independientemente de si crees o no en la eficacia de la homeopatía, la homeopatía cada vez se practica más en nuestro país. En 2014, comprobamos que uno de cada tres españoles ha usado tratamientos homeopáticos alguna vez, según el Libro Blanco elaborado por la cátedra patrocinada por los laboratorios Boiron en la Universidad de Zaragoza.

Los homeópatas defienden que la homeopatía es una práctica individualizada y que cura enfermos, no enfermedades. Debido a la baja concentración de medicamento que presentan los tratamientos homeopáticos se los ha equiparado muchas veces con el efecto de los placebo. Sabemos también que los tratamientos homeopáticos son de venta exclusiva en farmacias y que el negocio de la homeopatía  mueve unos 60 millones de euros al año en este país, según el mismo Libro Blanco en 2011. Así, las posiciones de laboratorios, médicos y farmacéuticos pueden ser algo contrarias y no sorprende que Farmaindustria, la patronal de los laboratorios farmacéuticos se niegue a opinar acerca de la regulación actual de la homeopatía.

Una de las ventajas que tienen los medicamentos homeopáticos es que, en general, no presentan efectos adversos ni contraindicaciones, por lo que se recomiendan a todo tipo de pacientes, incluso niños, embarazadas y gente mayor, que suelen ser personas polimedicadas.

El objetivo de la homeopatía es el de aliviar los síntomas que los pacientes padecen en sus enfermedades y, para ello, el homeópata tratará de ayudar al paciente, antes que nada, conociendo no sólo su historial médico, sino también fijándose en su constitución física, reacciones y sensaciones ante la enfermedad para conseguir restablecer globalmente su equilibrio natural.

Tipología de envases para medicamentos homeopáticos

En homeopatía se utilizan envases de vidrio y plástico para la conservación de los distintos medicamentos homeopáticos. A continuación, nos fijaremos en los diferentes tipos de fármacos homeopáticos para conocer cuáles serían los mejores envases para su comercialización:

• Bebidas o jarabes: Se trata de soluciones constituídas por agua destilada alcoholizada adicionada de gotas de dinamización. Generalmente, los jarabes se conservan en envases de vidrio para conservar mejor sus propiedades.
• Gotas: Las gotas homeopáticas pueden ser de tinturas madre o dinamizaciones. Habitualmente comercializadas en envases de 15ml, su vehículo es el alcohol de 20% al que se le agregan 2 gotas de dinamización por cada mililitro. Frascos goteros de vidrio son los más indicados para su conservación.
• Glóbulos: Son la forma más habitual de administrar tratamientos homeopáticos. Hechos de azúcar de caña (sacarosa) o de leche (lactosa) son solubles en agua y su forma es esférica con un tamaño segúnla dilución de medicamento homeopático que lleven. Se aplica de forma sublingual o diluídas en agua y su conservación ideal es en frasquitos de vidrio opacos o tintados. Vigilar que estén correctamente cerrados y alejados de fuentes de luz o calor.
• Papeles: El papel es un formato curioso para la toma de medicamentos. Sin embargo, algunos homeópatas unicistas son partidarios de este tipo de formato. Se trata de papel formado por lactosa y 3 gotas de dinamización. Se usa para una sola toma y generalmente se aplican dinamizaciones altas (de 1000 en adelante). Este tipo de fármacos pueden mantenerse en envases de vidrio tintados.
• Tabletas: Actualmente los proveedores de homeopatía comercializan tabletas preparadas exclusivamente con azúcar de leche (tabletas de lactosa) y posteriormente las impregnan de la dinamización homeopática deseada. Podemos encontrar tabletas homeopáticas en envases de vidrio tintado o de plástico.
• Aceites: Se usan para uso externo y tópico sobre la piel, como las lociones y pomadas, por lo que se usan mucho para masajes. Los aceites homeopáticos se obtienen mezclando aceites vegetales con la tintura madre requerida. Éstos, se conservan mayoritariamente en frascos de vidrio con rosca o gotero para facilitar su aplicación. Recordar que el envase nunca deberá ser transparente para conservar las propiedades del aceite.
• Lociones: En lociones se usa como vehículo el alcohol de 60º con un 1% de dinamización homeopática en envases de 200 a 300 cms. Cúbicos como éstos.
• Pomadas y ungüentos: A una crema base neutra tipo vaselina se le añade la tintura madre, dinamización o trituración. El envase más utilizado en este caso serían los tubos de plástico o aluminio porque preservan los principios activos de las cremas de agentes externos como la luz o la humedad.

Si estás pensando en probar terapias homeópatas, sigue el consejo de tu médico o profesional farmacéutico para elegir el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades.